Residente en Madrid y coach internacional de padres, Denise Suárez aborda problemas comunes que los lectores del Metropolitan de Madrid pueden enfrentar al criar a sus familias en el extranjero y cómo resolverlos
Formar una familia en el extranjero puede ser difícil. A través de mi experiencia personal y profesional, he hablado con varios padres que crían a sus hijos en el extranjero. A continuación se presentan algunos de los problemas a los que se enfrentan la mayoría de las familias a la hora de establecerse y criar a sus hijos en España.
La falta de apoyo. Si estuviéramos criando a nuestra familia en casa, probablemente tendríamos familiares o amigos en quienes podemos confiar para cualquier cosa. Desde cuidar niños hasta pedir prestadas herramientas, sabemos a quién podemos recurrir. Todo ese sistema de apoyo desaparece cuando nos mudamos al extranjero. Incluso si tuviéramos la suerte de construir una comunidad antes de tener hijos, las cosas cambian cuando los pequeños entran en escena.
La diferencia de cultura. Seamos de donde seamos, España va a hacer algunas cosas de manera diferente. Todo eso es parte de vivir en el extranjero. Sin embargo, algo que parece ser exclusivamente español es la hora de dormir. ¡Los padres de todo el mundo se sorprenden de lo tarde que duermen los niños aquí! Eso no lo hace correcto o incorrecto. Es simplemente diferente de lo que estamos acostumbrados.
La carga de hacerlo solo. Cuando no tenemos familia cerca, a veces podemos sentir la presión de ser todos para nuestros hijos. Estamos tan concentrados en nuestros hijos y en asegurarnos de satisfacer sus necesidades que ni siquiera tenemos tiempo para pensar en nosotros mismos.
En mi trabajo con familias interculturales, he ayudado a los padres a resolver estos problemas enfocándome en lo siguiente:
Creando tu propio sistema de apoyo. Este sistema de apoyo será totalmente diferente al que tienes en casa, y eso está bien. Es posible que tengas que hacer un esfuerzo adicional para entablar amistad con otros padres en la escuela de tus hijos o salir de tu zona de confort para conocer gente nueva. Podría significar reconocer que necesita ayuda contratada. El soporte viene en todas las formas y tamaños. Lo importante es que encuentre el apoyo que funcione para usted y su familia.
Aceptando las diferencias. Las diferencias son una oportunidad para cuestionar tus creencias. Puedes dejar de lado las expectativas y decidir qué es lo mejor para tu familia. A veces se trata de adaptarse a la cultura en la que vives, mientras que otras veces puede ser seguir lo que hacías cuando eras niño. ¡Incluso puede haber momentos en los que lo que elijas hacer no tenga nada que ver con dónde vives o de dónde eres! Se trata de conocer los valores de su familia y trabajar para alcanzar sus objetivos a largo plazo, sin importar dónde viva.
Hacer tiempo para ti mismo. Si bien es cierto que nuestros hijos nos necesitan, la persona que siempre debe ser nuestra prioridad número uno debemos ser nosotros mismos. Cuando dejamos de lado el peso de tener que cuidar de todos y, en cambio, confiamos en que nuestra familia se cuidará unos a otros, nos sentimos más ligeros y libres.
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