Senegal se enfrenta a las mafias que trafican con personas y aplaca la salida de migrantes hacia Canarias. La labor del Ejército senegalés ha evitado que 4.154 personas, entre ellas más de un centenar de niños, se jugaran la vida en la mortífera ruta atlántica a lo largo de este año, según datos facilitados por la Embajada de Senegal. Entre enero y septiembre, han arribado al Archipiélago 24.556 migrantes, por lo que el flujo de llegadas se ha visto reducido un 17% gracias a la intercepción de una treintena de cayucos a pocas millas de la línea costera y a la detección de grupos preparados para embarcar en las playas senegalesas. Los controles navales se refuerzan con vigilancia terrestre en las zonas de mayor salida de embarcaciones, lo que contribuye a desmantelar las redes de tráfico de personas que operan en el país y que organizan peligrosos viajes que recorren los 1.500 kilómetros que separan las costas senegalesas de las canarias.
La muerte de decenas de personas en el naufragio de la barquilla precaria que se hundió el pasado domingo con 200 migrantes a bordo, a los pocos minutos de zarpar desde la ciudad de M’bour, ha conmocionado a Senegal y parece que se ha convertido en un punto de inflexión en la política de control migratorio del país. Según la Armada, en el incidente fallecieron 39 personas, aunque los pescadores locales sostienen que se han recuperado 89 cuerpos. El presidente senegalés, Bassirou Diomaye Faye, prometió esta semana «sancionar con la mayor firmeza» a quienes promuevan los viajes en cayuco y aseguró que su Gobierno «perseguirá sin respiro y castigará a quienes organicen estos convoyes de la muerte».
Un cementerio en el Atlántico
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Faye ha instado a la población a denunciar los vínculos con las mafias y también a aquellos jóvenes que estén preparándose para partir de forma irregular, según recogió la agencia estatal senegalesa de noticias, APS. «Sin ello, será difícil combatir este fenómeno», manifestó el mandatario. «No puede haber una salida al mar sin que nadie sepa nada al respecto», explicó, antes de insistir en que «la gente no debe quedarse callada, porque cuando lo hace, cientos de jóvenes pierden la vida». En los próximos días, según anunció, las autoridades establecerán un número de teléfono para presentar estas denuncias.
Dakar habilita un teléfono para denunciar conexiones con las redes de tráfico
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El presidente senegalés no solo quiere centrarse en la lucha contra los traficantes de personas y «vendedores de sueños», sino que también se ha comprometido a trabajar en la creación de oportunidades «reales y dignas» para los jóvenes y, así, evitar que «el mar se convierta en un cementerio». «Vuestra vida tiene un valor inestimable. Tenéis un papel central que jugar en el futuro de nuestro país», afirmó en un mensaje emitido para todo el país.
Faye, quien anunció este viernes la convocatoria de elecciones legislativas anticipadas para el próximo 17 de noviembre debido al «bloqueo institucional» que afecta al país, asumió el poder en abril pasado tras ganar con claridad unas elecciones controvertidas. Su llegada a la presidencia generó esperanza en gran parte de la población y ayudó a frenar la migración de muchos jóvenes senegaleses que desconfiaban del futuro de su nación y veían a Europa como una alternativa.
Colaboración con España y Canarias
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España mantiene un acuerdo con Senegal para colaborar en el control de fronteras desde hace casi dos décadas e, incluso, hay un destacamento de la Guardia Civil en Dakar. Hace apenas dos semanas, durante su gira africana, el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, se reunió con Faye para abordar la necesidad de fomentar el retorno de los migrantes irregulares, como mensaje a las mafias.
El compromiso de Senegal con el fenómeno migratorio va más allá del control fronterizo. En julio, firmó un acuerdo de colaboración con Canarias para agilizar la documentación e identificación de los menores migrantes del país que llegan a las Islas de forma irregular y sin la compañía de un familiar adulto. Entre los cerca de 5.300 niños y adolescentes que tutela el Gobierno regional, hay más de 1.700 de origen senegalés.
Control de fronteras en Mauritania
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Mauritania se ha convertido en el principal punto de partida de cayucos hacia Canarias desde finales de 2023, aunque la cantidad de mauritanos que salen en estas embarcaciones precarias es mínima. El país se ha transformado en refugio para miles de malienses que huyen de la guerra, utilizando Mauritania como trampolín hacia Europa. Por esta razón, el Gobierno de Nuakchott busca endurecer su postura contra las mafias y reforzar el control de sus fronteras. Esta semana, según informó la agencia de noticias mauritana AMI, el Parlamento aprobó una ley que prevé la creación de un tribunal especial para juzgar casos de esclavitud y tráfico de personas, incluidos los migrantes, con el fin de combatir de manera más eficaz estos delitos.
Mauritania crea un tribunal especializado para casos de esclavitud y tráfico de personas
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El Parlamento también aprobó una modificación de la ley de migración que penaliza con entre dos y seis meses de cárcel, además de multas de entre 1.150 y 11.500 euros, a quienes entren al país sin pasar por los puestos fronterizos oficiales. Esta nueva normativa también impone penas de prisión de entre seis meses y dos años a quienes faciliten la entrada o permanencia irregular de personas en Mauritania.
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Un barco de la Armada senegalesa junto a un cayuco antes de ser rescatado. / LA PROVINCIA / DLP
El ministro del Interior, Mohamed Ahmed Uld Mohamed el Amín, subrayó que estas medidas son esenciales debido a la posición geográfica del país, que actúa como un puente entre el Sahel y el Magreb, limitando con Senegal, Malí, Argelia y el Sáhara Occidental. El Amín explicó que esta situación ha convertido a Mauritania en un país de tránsito y asentamiento para migrantes irregulares, en parte debido al «contexto regional turbulento», refiriéndose al aumento de la inseguridad en el Sahel causado por ataques de grupos yihadistas. Añadió que Mauritania no será el guardián de las fronteras de otros países y que su intervención se centrará en proteger sus propias fronteras, garantizando su seguridad e intereses, mientras lucha contra la migración irregular en conformidad con el Derecho Internacional y los Derechos Humanos.
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