El PP ha avanzado esta semana en su proceso de acercamiento a Junts, un partido con el que las coincidencias en las votaciones en el Congreso y en el Senado van en aumento. Los independentistas catalanes y también el PNV apoyaron este jueves una enmienda de los populares para derogar un impuesto a las energéticas que Pedro Sánchez había prometido prorrogar a Podemos, ERC, Bildu y el BNG.
Los dos bloques que hay en el Congreso son cada vez más permeables y Junts ha saltado ya varias veces desde julio al que está liderado por el PP, una pirueta en la que los republicanos ven un adelanto de lo que vendrá tarde o temprano entre los dos partidos de derechas: “[Alberto Núñez] Feijóo será presidente con los votos de Junts”, dijo Gabriel Rufián el miércoles. “Hay que mirar el contenido de lo pactado”, respondió el líder del PP este miércoles en una conversación informal con la prensa cuando se le preguntó por esa aproximación y el riesgo de que este ‘nuevo aliado’ no guste a parte de su electorado.
Los conservadores han negociado con los de Junts de manera intensa estas dos últimas semanas, pero se ha hecho con mucha discreción, evitando cualquier imagen de compadreo que pueda ser utilizada por su competidor Vox o comentada por Isabel Díaz Ayuso. Este mismo lunes la presidenta madrileña se resistía a dar su apoyo a cualquier negociación en el Congreso. “Yo con el nacionalismo no quiero nada, porque solo busca la ruptura de la legalidad”, afirmó.
Y el PSOE con EH Bildu
Los miembros del equipo de Feijóo, casi haciendo creer que las coincidencias en el voto con Junts han sido por generación espontánea, se afanan estos días en señalar que los acuerdos están hechos siempre pensando en “el beneficio de todos los españoles”. El vicesecretario de Economía, Juan Bravo, evitó hablar sobre sus interlocutores en Junts en la negociación de esta semana. “Lo que hemos hecho es trabajar para que salgan esas enmiendas”, respondió tirando balones fuera y poniendo el foco en la rebaja de impuestos que supone para los bolsillos de los ciudadanos.
Cuando se le plantea a Feijóo que ese argumento (el de “mejorar la vida de los españoles”) es el mismo que utiliza el PSOE cuando pactar medidas en el Congreso con EH Bildu se revuelve y niega la mayor antes de recordar a renglón seguido acuerdo, pero de fuera de las Cortes: la alianza hace justo un año entre los socialistas navarros y los abertzales para desbancar en una moción de censura a la alcaldesa de Pamplona (de Unión del Pueblo Navarro). “Nosotros hay líneas rojas que no vamos a cruzar”, subrayaba Elías Bendodo en Telecinco el viernes en referencia a posibles peticiones de soberanistas para Catalunya que pudieran romper la igualdad respecto a otros territorios.
La palabra “prófugo”, borrada
En esta aproximación que el PP y Junts han profundizado desde que en julio los independentistas tumbaran la senda de estabilidad del Gobierno (primer paso para los Presupuestos) ha llevado consigo cambios en el lenguaje. Una de las cosas más llamativas es que los dirigentes populares han dejado de hacer referencias a Puigdemont en sus arremetidas contra Pedro Sánchez y tampoco incluyen ya la etiqueta de “prófugo” cuando hablan de él. Ya solo se refieren a “Junts”.
Esta nueva etapa despierta temor en la dirección nacional que no se acaba de fiar de Puigdemont, al que no quiere sondear, según afirma el propio Feijóo, para una moción de censura. Según miembros de la cúpula del PP, de alguna manera se ven como “parte de la estrategia” del ‘expresident’ para presionar a Sánchez y “conseguir más cesiones” ante la negociación de los Presupuestos de 2025.
La cuestión de confianza
El diálogo del Ejecutivo con Junts va por el buen camino, según la Moncloa, en especial en el capítulo de traspasar a la Generalitat las competencias de migración, una exigencia que Puigdemont exige para poder dar su apoyo a la Cuentas. Además, cuando en julio Junts junto con PP y Vox tumbaron la senda de déficit (primer paso antes de poder elaborarlas), los soberanistas dijeron que se debía especialmente a la “baja ejecución presupuestaria”, por lo que el partido de Feijóo se espera también “más medidas discriminatorias en favor de Catalunya”.
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En las próximas semanas se podrá ver también un respaldo explícito del PP a una iniciativa de Junts si sale del congelador del Congreso la cuestión de confianza a la que quiere que se someta Sánchez. Feijóo aseguró el miércoles que lo más normal es que sus diputados voten ‘sí’ a esa propuesta independentista si se llega a someter a la opinión del Congreso por mucho que en el texto de la exposición de motivos Junts denuncie que Sánchez no ha cumplido con la amnistía o el catalán en la Unión Europea. En este caso, y recordando las palabras de Bendodo, parece que hay algunas “líneas” que no se ven tan “rojas” o que directamente se pueden saltar y no leer si el objetivo es subrayar la debilidad parlamentaria de Sánchez.
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