Cómo la IA está reescribiendo silenciosamente las reglas del descubrimiento en línea

Es curioso: durante años nos han dicho que lo “busquemos en Google”. Pero últimamente, la gente está “haciendo ChatGPT”.

Según un artículo reciente en Fast Company, la IA no solo está cambiando la forma en que compramos, sino que está redefiniendo cómo encontramos algo en línea.

Los motores de búsqueda solían premiar a quien gritaba más fuerte con palabras clave. Ahora, la IA escucha los susurros más inteligentes: autoridad, confianza y autenticidad.

Yo mismo he notado este cambio. Pregúntele a Perplexity AI cuáles son las mejores zapatillas para correr y no le dará diez enlaces azules; le dará dos excelentes respuestas y, por lo general, es correcta.

Se siente más humano. Menos desplazamiento, más decisiones. Esto es lo que los especialistas en marketing llaman “optimización generativa del motor”, un término elegante que básicamente significa: dejar de jugar con algoritmos y empezar a ganar credibilidad.

Incluso gigantes como OpenAI y Gemini de Google están compitiendo para integrar las compras y el descubrimiento de marcas directamente en las experiencias de chat.

Imagínate preguntar por una cafetera y comprarla dentro de la misma ventana de chat. Es elegante, sencillo y aterrador si su negocio todavía depende de los trucos de SEO de la vieja escuela.

Hace unos meses, un ejecutivo de marketing me dijo: “Solíamos escribir para motores de búsqueda; ahora escribimos para robots con personalidad”.

Sonaba absurdo, hasta que vi a ChatGPT recomendando tiendas de Etsy en medio de una conversación. Eso no es SEO. Ese es el mapeo de confianza de la IA.

No pagas por la colocación; lo obtienes a través de la calidad, la relevancia y el compromiso, algo a lo que marcas como HubSpot ya se están adaptando.

Entonces, ¿dónde deja eso al SEO tradicional? Tal vez no muerto, pero ciertamente jadeando.

Las marcas que prosperan ahora son las que nutren a las comunidades, generan un diálogo genuino y se mantienen ágiles a medida que la IA remodela el bazar digital.

Quizás ese sea el futuro del marketing: no gritar al vacío algorítmico, sino hablar (hablar de verdad) con las máquinas que escuchan.