Argentina Mount Fitz Roy Feature.jpg

La Cordillera de los Andes en América del Sur alberga una rica diversidad de plantas y animales, pero también muestra las cicatrices de las influencias humanas y naturales.

Un nuevo estudio revela cómo los humanos antiguos utilizaron el fuego para alterar el paisaje, creando un nuevo ecosistema que persiste hasta el día de hoy.

El estudio también muestra cómo el cambio climático afecta la capacidad de los bosques andinos para almacenar carbono, un servicio vital para mitigar el calentamiento global.

El fuego como herramienta y amenaza

(Foto: MIGUEL MEDINA/AFP vía Getty Images)


El estudio, publicado en Comunicaciones de la naturalezacombina datos arqueológicos y paleoambientales de 119 parcelas de monitoreo forestal en Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Argentina.

Los investigadores descubrieron que los humanos se trasladaron a los Andes hace unos 15.000 años e introdujeron incendios regulares en el paisaje. Esto impidió el nuevo crecimiento de los bosques de la región, creando un extenso matorral que existe hoy.

«Esta es la evidencia más temprana que he visto de que los humanos transformaron fundamentalmente su ecosistema con el fuego», dijo Álvaro Duque, autor principal del estudio y profesor de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín.

«Esto sugiere que a finales del Pleistoceno, los humanos estaban aprendiendo a utilizar el fuego de maneras verdaderamente novedosas. En este caso, su quema provocó el reemplazo de los bosques de la región por los bosques abiertos que se ven hoy».

Los investigadores también descubrieron que los incendios inducidos por el hombre aumentaron la frecuencia y la intensidad de los incendios naturales, lo que dio forma aún más a la vegetación y al suelo.

Los incendios también afectaron la biodiversidad de la región, favoreciendo a las especies adaptadas al fuego y reduciendo el hábitat de las especies dependientes de los bosques.

Sin embargo, el estudio también advierte que el ritmo y la extensión actuales de los incendios provocados por el hombre en los Andes son insostenibles y representan una grave amenaza para el ecosistema y sus servicios.

Los investigadores instaron a políticas de conservación y manejo de incendios más efectivas para proteger los bosques andinos y su biodiversidad.

Lea también: Debajo de la Cordillera de los Andes: la corteza terrestre ‘goteando’ hacia el interior del planeta

Almacenamiento de carbono y cambio climático

Otro hallazgo importante del estudio es que los bosques andinos están ayudando a proteger el planeta al actuar como sumidero de carbono, absorbiendo más dióxido de carbono del que emiten.

Los investigadores estimaron que la biomasa aérea de los bosques andinos aumentó un 0,6% anual entre 2005 y 2015, almacenando alrededor de 0,23 gigatoneladas de carbono.

«El almacenamiento de carbono es uno de los servicios ecosistémicos más importantes que ayuda a mitigar los efectos del aumento de los niveles de dióxido de carbono debido al cambio climático y el calentamiento de la temperatura», dijo Jonathan Myers, coautor del estudio y profesor asociado de biología en la Universidad de Washington. en San Luis.

«Este estudio proporciona información sobre cómo las especies en movimiento, bajo el cambio climático, podrían estar impactando estos servicios ecosistémicos más amplios, importantes para la humanidad», dijo.

El estudio también encontró que el potencial de almacenamiento de carbono de los bosques andinos varía con la elevación y el clima.

Los bosques de elevaciones más bajas, que son más cálidos y húmedos, almacenan más carbono que los de elevaciones más altas, que son más fríos y secos.

Sin embargo, los investigadores también descubrieron que los bosques en elevaciones más altas son más resistentes al cambio climático, ya que han experimentado más fluctuaciones climáticas en el pasado.

Los investigadores sugirieron que los bosques andinos podrían adaptarse al cambio climático futuro desplazando sus áreas de distribución hacia arriba, siguiendo las condiciones óptimas para el crecimiento y el almacenamiento de carbono.

Sin embargo, esto también dependería de la disponibilidad de un hábitat adecuado y de la capacidad de la especie para dispersarse y colonizar nuevas áreas.

Los investigadores concluyeron que los bosques andinos son un recurso natural valioso que merece más atención y protección.

Pidieron más investigación y monitoreo para comprender la dinámica y los impulsores de los bosques andinos y su capacidad de almacenamiento de carbono, así como los impactos de las actividades humanas y el cambio climático en su biodiversidad y servicios ecosistémicos.

Artículo relacionado: Fósiles de tortugas arrojan luz sobre el ascenso de la Cordillera de los Andes

© 2023 NatureWorldNews.com Todos los derechos reservados. No reproducir sin permiso.