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Junts quería empezar la campaña para las elecciones catalanas del 12 de mayo apelando a la emocionalidad del votante independentista, jugando la carta del regreso del expresident Carles Puigdemont, y vendiéndose como el único partido que puede «plantar cara» al Gobierno. Un mensaje que el partido ya ha tratado de ir afianzando durante todo el mes de abril y que hoy tenía que llegar a su cúspide en su primer mitin en Argelers. Sin embargo, el movimiento de Pedro Sánchez de cancelar su agenda hasta el lunes para meditar si dimite tras la denuncia contra su mujer, ha impactado de lleno en este pistoletazo de salida a la carrera hacia el 12 de mayo.

A la espera de saber cuál será el próximo paso del presidente del Gobierno, el candidato de Junts ha pedido que no se «españolice» la campaña catalana y ha reprochado al jefe del Ejecutivo que se sorprenda de los métodos que asegura que usa la justicia española y la «policía patriótica». «Conocemos mejor que nadie cómo va», ha aseverado, espetándole que ellos salen «llorados de casa». El miércoles, unas horas después de conocerse la decisión de Sánchez, Puigdemont ya advirtió de que se podía tratar de un movimiento «táctico» y le emplazó a presentarse a una moción de «confianza» en el Congreso de los Diputados. Lea en este enlace la información de Carlota Camps.