Dentro de cada célula vegetal, animal y humana hay miles de millones de máquinas moleculares. Están formados por proteínas, ADN y otras moléculas, pero ninguna pieza funciona por sí sola. Sólo viendo cómo interactúan entre sí, a través de millones de tipos de combinaciones, podremos empezar a comprender verdaderamente los procesos de la vida.
En un artículo publicado en Naturaleza, presentamos AlphaFold 3, un modelo revolucionario que puede predecir la estructura y las interacciones de todas las moléculas de la vida con una precisión sin precedentes. Para las interacciones de proteínas con otros tipos de moléculas, vemos al menos una mejora del 50% en comparación con los métodos de predicción existentes, y para algunas categorías importantes de interacción hemos duplicado la precisión de la predicción.
Esperamos que AlphaFold 3 ayude a transformar nuestra comprensión del mundo biológico y el descubrimiento de fármacos. Los científicos pueden acceder a la mayoría de sus capacidades, de forma gratuita, a través de nuestro recientemente lanzado Servidor AlphaFold, una herramienta de investigación fácil de usar. Para aprovechar el potencial de AlphaFold 3 para el diseño de fármacos, Laboratorios isomórficos ya está colaborando con compañías farmacéuticas para aplicarlo a los desafíos de diseño de fármacos del mundo real y, en última instancia, desarrollar nuevos tratamientos que cambien la vida de los pacientes.
Nuestro nuevo modelo se basa en los cimientos de AlphaFold 2, que en 2020 marcó un hito avance fundamental en la predicción de la estructura de las proteínas. Hasta ahora, millones de investigadores a nivel mundial han utilizado AlphaFold 2 para hacer descubrimientos en áreas que incluyen vacunas contra la malaria, tratamientos contra el cáncer y diseño de enzimas. AlphaFold ha sido citado más de 20.000 veces y su impacto científico ha sido reconocido a través de numerosos premios, el más reciente el Premio Revelación en Ciencias de la Vida. AlphaFold 3 nos lleva más allá de las proteínas a un amplio espectro de biomoléculas. Este salto podría desbloquear una ciencia más transformadora, desde el desarrollo de materiales biorrenovables y cultivos más resilientes hasta la aceleración del diseño de fármacos y la investigación genómica.