Raquel Maddow:“Imaginemos una noche de elecciones en noviembre en la que los dos partidos se disputan victorias en estados clave. Los demócratas se quedan con Nevada, mientras que los republicanos se quedan con Arizona. Los republicanos ganan el gran premio de Pensilvania, mientras que los demócratas los superan en Wisconsin y Michigan. La nación está esperando a Georgia. Si Georgia se vuelve republicana, será el presidente Trump; si Georgia se vuelve demócrata, será la presidenta Harris”.
“Luego, comienzan a circular titulares en los medios locales. Hay informes de ‘problemas’ no especificados en la votación en el condado de Fulton. Y en el condado de Gwinnett. Y en los condados de DeKalb, Coffee y Spalding. Los funcionarios republicanos se niegan a certificar los resultados en sus condados. Dicen que están haciendo ‘indagaciones razonables’”.
“A medida que los desafíos legales avanzan en los tribunales, crece una ola de desinformación, confusión y propaganda, alimentada por afirmaciones no probadas de que algo anda mal en estos condados de Georgia, y también por un ruido similar (y posiblemente también denegaciones de certificación) en Michigan, Pensilvania, Nuevo México y Nevada”.
El New York Times:Cómo una toma de control de la junta electoral de Georgia por parte de la extrema derecha podría inclinar el resultado de las elecciones.
Constitución del diario Atlanta Journal:Los “pitbulls” de Trump en la junta electoral de Georgia enfrentan nueva presión.