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Como se espera que el cambio climático aumente la severidad y frecuencia de las olas de calor, “los animales necesitan encontrar una forma de adaptarse de alguna manera para hacer frente a esto”, dice Nooten, de la Universidad de Würzburg en Alemania.

Los abejorros son conocidos sufrir el cambio climático (Número de serie: 9/7/15). Un cuerpo grueso y peludo hace que estos insectos estén bien adaptados para prosperar en las regiones más frías de la Tierra. Pero ser resistentes al frío en un mundo en calentamiento puede resultar fatal. Por eso Nooten y su equipo querían entender si las olas de calor también podían afectar la capacidad de los abejorros para oler las flores.

Los investigadores expusieron alrededor de 190 individuos de dos especies comunes de abejorros (Bombus terrestris y B. pascuorum) Las abejas fueron sometidas a olas de calor simuladas, colocándolas en tubos durante casi tres horas a temperaturas de 40° Celsius. Un subconjunto también fue colocado en un ambiente seco, algunas tuvieron acceso a recursos azucarados y a otras se les dio tiempo para recuperarse a temperatura ambiente durante 24 horas después del tratamiento térmico.

Después de las olas de calor simuladas, los investigadores cortaron las antenas de las abejas, que los insectos usan para oler, y midieron si las neuronas sensoriales olfativas en las antenas aún podían detectar compuestos químicos comunes en muchas flores, llamados aromas de flores.

Las olas de calor redujeron la fuerza de la señal eléctrica de las neuronas hasta en un 80 por ciento; las obreras, que son todas hembras y buscan alimento en la colmena, se vieron más afectadas que los machos. Peor aún, las antenas de las abejas que tuvieron 24 horas para refrescarse aún no habían recuperado el sentido del olfato después de ese tiempo. «Eso fue sorprendente», dice Nooten. El equipo esperaba que esas antenas se recuperaran. El hecho de que no lo hicieran, dice, sugiere que las abejas no se recuperan rápidamente, lo que significa problemas para obtener alimento para la colonia.

El efecto negativo de las olas de calor en el sentido del olfato de los abejorros obreros podría tener un efecto en cascada sobre la supervivencia de toda la colonia, plantea la hipótesis de Nooten. “Podría ser una explicación de por qué vemos tantos [bumblebee population] “Está disminuyendo”, dice, junto con otros factores como la pérdida de hábitat.

El estudio “parece bastante sólido”, afirma Dave Goulson, un ecologista especializado en abejorros de la Universidad de Sussex en Brighton, Inglaterra, que no participó en el estudio. La morfología de las antenas es bastante similar en todas las especies de abejas, afirma. “Si los abejorros sufren de esta manera, creo que es probable que otras abejas también lo hagan. Pero hasta que alguien lo investigue, no lo sabremos con certeza”.