La justicia francesa dio este miércoles su visto bueno a la extradición a España del exjefe logístico de ETA, Félix Ignacio Esparza Luri, para ser juzgado por el atentado al cuartel de Santa Pola (Alicante) en 2002, en el que hubo dos muertos y decenas de heridos.
El presidente de la sala de instrucción del Tribunal de Apelación de París precisó que se tratará de una entrega «diferida», es decir que su formalización quedará en suspenso hasta que se dicte sentencia al etarra en Francia, donde cumple condena en la prisión de Lannemezan, entre Tarbes y Toulouse.
En cualquier caso, Esparza Luri, de 60 años, ha solicitado terminar de cumplir su condena francesa, que finaliza en 2027, en una prisión española para estar más cerca de su familia, un privilegio del que no tienen los familiares de las víctimas de la organización terrorista.
La decisión del juzgado de instrucción de autorizar a España a sentarle en el banquillo de los acusados responde a la orden de detención europea emitida contra él por la Audiencia Nacional de Madrid, que le imputa dos asesinatos terroristas (penados con hasta 30 años de cárcel cada uno), 55 asesinatos terroristas en grado de tentativa (20 años) y estragos terroristas (20 años).
En el atentado con coche bomba que explotó junto a la comisaría de la Guardia Civil de Santa Pola el 4 de agosto de 2002, en el que murieron un hombre que se encontraba cerca y la hija de seis años de un agente, a Esparza Luri no se le imputa ser uno de los autores del atentado. Por eso los etarras Óscar Zelarain y Andoni Otegi fueron condenados en 2012 a un total de 843 años de cárcel. Pero la Audiencia Nacional considera que miembros del comité ejecutivo de la organización terrorista ordenaron el atentado e imputaron a seis dirigentes etarras de la época.