Utilizando el telescopio espacial James Webb, los astrónomos han descubierto que los discos de formación de planetas en la nebulosa de Orión en realidad rodean a «estrellas fallidas» o enanas marrones. Esta es la primera confirmación de que nubes aplanadas de gas y polvo, llamadas «discos protoplanetarios», rodean estos peculiares objetos cósmicos.

El equipo descubrió esto mientras usaba el Telescopio espacial James Webb (JWST) para dar seguimiento a las observaciones de discos protoplanetarios, o «proplyds», iluminados por luz ultravioleta en el Nebulosa de Orión. Esas observaciones fueron recopiladas por el Telescopio espacial Hubble.