El magistrado instructor Pablo Llarena estaba en condiciones de dictar una euroorden de arresto de Carles Puigdemont en el último año desde que renunció a su escaño en el Parlamento Europeo el 12 de junio de 2024 y se hizo con el acta de diputado del Parlament. Pero no lo hizo por razones «estratégicas». No quería mientras se tramitaba el tema de la amnistía reabrir un melón que le ha resultado muy agrio con su incapacidad de practicar la detención del ‘expresident’.

Por automata