El cerebro de los bebés reconoce idiomas extranjeros que escuchaban antes de nacer

El cerebro de los bebés reconoce idiomas extranjeros que escuchaban antes de nacer

Los investigadores encuentran que los bebés procesan los idiomas extranjeros que escucharon en el útero de manera muy similar a su lengua materna

Los bebés comienzan a procesar el lenguaje antes de nacer, sugiere un nuevo estudio. Un equipo de investigación en Montreal ha descubierto que los recién nacidos que habían escuchado cuentos en idiomas extranjeros mientras estaban en el útero procesaban esos idiomas de manera similar a su lengua materna.

El estudio, publicado en agosto en Nature Communications Biology, es el primero en utilizar imágenes cerebrales para mostrar lo que los neurocientíficos y psicólogos habían sospechado durante mucho tiempo. Investigaciones anteriores habían demostrado que los fetos y los recién nacidos pueden reconocer voces y ritmos familiares e incluso que prefieren su lengua materna poco después del nacimiento. Pero estos hallazgos provienen principalmente de señales conductuales (patrones de succión, giros de la cabeza o cambios en el ritmo cardíaco) más que de evidencia directa del cerebro.

“No podemos decir que los bebés ‘aprenden’ un idioma antes del nacimiento”, afirma Anne Gallagher, neuropsicóloga de la Universidad de Montreal y autora principal del estudio. Lo que podemos decir, añade, es que los recién nacidos se familiarizan con uno o más idiomas durante la gestación, lo que da forma a sus redes cerebrales al nacer.

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El equipo de investigación reclutó a 60 personas para el experimento, todas ellas con aproximadamente 35 semanas de embarazo. De ellos, 39 expusieron a sus fetos a 10 minutos de historias pregrabadas en francés (su lengua materna) y otros 10 minutos de las mismas historias en hebreo o alemán al menos una vez cada dos días hasta el nacimiento. Se eligieron estos idiomas porque sus propiedades acústicas y fonológicas son muy distintas del francés y entre sí, explica la coautora principal Andréanne René, Ph.D. Candidato en neuropsicología clínica en la Universidad de Montreal. Los otros 21 participantes formaron parte del grupo de control; sus fetos estuvieron expuestos al francés en sus entornos naturales, sin ninguna intervención especial.

Entre las primeras 10 horas y los tres días después del nacimiento, el equipo observó cómo reaccionaban los cerebros de los recién nacidos al alemán, hebreo y francés mediante el uso de espectroscopia funcional de infrarrojo cercano (fNIRS), una técnica de imágenes no invasiva que mide los cambios en la oxigenación de la sangre en el cerebro.

Todos los bebés de la cohorte tenían una mayor actividad en el lóbulo temporal izquierdo, el centro de procesamiento del lenguaje del cerebro, cuando escuchaban francés hablado. Pero sólo aquellos expuestos al hebreo o al alemán antes del nacimiento mostraron una activación cerebral similar al escuchar esos idiomas. Los recién nacidos que no habían escuchado historias en hebreo o alemán antes del nacimiento mostraron activación en las regiones del cerebro para procesar sonidos en general y menos activación en las regiones de procesamiento del lenguaje.

El estudio respalda la idea de que el cerebro del recién nacido no es una “pizarra en blanco”, dice Ana Carolina Coan, experta en neurología pediátrica y miembro de la Academia Brasileña de Neurología. En cambio, el entorno gestacional comienza a dar forma al procesamiento cerebral de los fetos incluso antes del nacimiento.

No está claro cuánta exposición en el útero a una lengua determinada se necesita para que el cerebro de los recién nacidos la procese como lenguaje. Algunas investigaciones previas sobre los efectos del entorno auditivo en los fetos utilizaron una exposición de horas; otros estudios utilizaron una duración de tan solo 15 minutos. A Gallagher le preocupaba que el tiempo de exposición del nuevo estudio no fuera suficiente para notar ninguna respuesta, pero pedir más que eso podría haber sido una carga para los participantes. Esto hizo que los claros resultados del estudio fueran una grata sorpresa, afirma.

“El estudio no sugiere que las madres deban exponer a sus bebés no nacidos a idiomas extranjeros para que luego sean más inteligentes o multilingües”, dice Coan, que no participó en la investigación. Pero estudiar cómo la exposición al lenguaje en el útero afecta el desarrollo del habla de un niño será importante para comprender los trastornos del habla, que afectan alrededor del 5 al 10 por ciento de los niños en los EE. UU. “Para los médicos, esto agrega evidencia de que el desarrollo del lenguaje comienza mucho antes del nacimiento, lo cual es importante para la forma en que detectamos y tratamos los retrasos”, dice.

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