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El asteroide Dinkinesh y su satélite de contacto binario

NASA/Goddard/SwRI/Johns Hopkins APL

La luna recién descubierta del asteroide Dinkinesh es en realidad una contacto binario – dos objetos que se tocan ligeramente en sus extremos. Esta es la primera vez que se encuentra un binario de este tipo orbitando otro asteroide.

Dinkinesh fue la primera roca visitado por la nave espacial Lucy de la NASA, que pasó volando el 1 de noviembre. Cuando la nave espacial pasó, encontró una roca más pequeña que orbitaba alrededor de Dinkinesh y que el equipo de Lucy llamó provisionalmente Salam.

Pero a medida que Lucy envió más datos a la Tierra, quedó claro que Salam no es solo un objeto. En cambio, parecen ser dos rocas de tamaño similar conectadas en el extremo, lo que da como resultado una especie de forma de maní. Al principio el equipo no lo vio porque en las imágenes de Lucy, un lóbulo del asteroide debía estar oculto detrás del otro.

«Todas estas rocas serán individuales, pero debo admitir que nunca hubiera esperado tener un satélite bilobulado como este», dice Hal Levison en el Southwest Research Institute de Colorado, jefe de la misión Lucy. «Hay varias cosas al respecto que simplemente no entiendo».

Por un lado, los procesos que dan forma a estos pequeños satélites No se espera que formen múltiplos del mismo tamaño, dice Levison. Además, para que los dos estén conectados como están, en lugar De estar completamente fusionados, habrían tenido que chocar a velocidades extremadamente bajas.

«Estos pequeños cuerpos son una especie de laboratorio de toda la física que necesitamos para intentar comprender cómo los cuerpos sólidos crecieron hasta convertirse en planetas», dice Levison. Las extrañas propiedades de Salam podrían indicar que algo no está del todo bien en nuestras ideas actuales sobre cómo se formaron los planetas, dice.

En el transcurso del resto de su misión, está previsto que Lucy visite ocho más asteroides – uno más en el cinturón de asteroides principal, y luego siete asteroides que comparten la órbita de Júpiter, llamados troyanos. Levison dice que es casi seguro que habrá más satélites adicionales y otras sorpresas guardadas. «Cada uno de estos sistemas es único, ha pasado por una evolución única, por lo que me sorprendería que no encontráramos muchas cosas que no esperábamos», afirma.

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