El expresidente de la comunidad de propietarios de un complejo de lujo en Santa Ponsa ha sido absuelto de fraude por la Audiencia Provincial de Palma. Además de la acusación pública, que pedía una pena de dos años, una acusación privada en nombre de un grupo de propietarios pedía diecisiete años.
El caso se centró en acusaciones de que entre 2014 y 2018 el presidente había creado una serie de empresas que contrató para realizar los trabajos necesarios así como los trabajos que él mismo impuso al complejo.
Fue presidente entre 2003 y 2019, uno de los pocos residentes que vivió en el complejo durante todo el año. Varios otros propietarios le confiaron el cuidado de sus propiedades cuando estaban fuera y le dieron sus votos en las reuniones comunitarias. Durante años realizó diversas reparaciones y otros trabajos, y un gran número de estos trabajos fueron realizados por empresas de las que era propietario.
El tribunal dictaminó que, si bien esto pudo haber sido «un poco poco ortodoxo», no fue un delito. No se demostró que ningún trabajo hubiera sido innecesario ni que los pagos hubieran sido superiores al precio de mercado. Por lo tanto, el tribunal concluyó que había habido sin engaño ni daño causado a la comunidad.
Todos los contratos Se informaron en las reuniones, y los propietarios que testificaron en el juicio indicaron que todos sabían qué empresas habían sido contratadas y entendían que pertenecían al presidente.