La Comisión Europea está dispuesta a reactivar la mediación para desbloquear la negociación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), pero solo si hay propuestas concretas sobre la mesa. La vicepresidenta de la Comisión, Vera Jourová, ha recibido la petición “urgente” cursada por el vicesecretario de acción institucional y negociador del PP, Esteban González Pons, y el ministro de justicia del Gobierno español, Félix Bolaños, aunque de momento en Bruselas se impone la prudencia.
“Hemos recibido ayer la petición de un encuentro por las dos partes, lo estamos examinando y estamos en contacto con las dos partes”, se ha limitado a señalar el portavoz de justicia, Christian Wiegand. En el Ejecutivo comunitario, no obstante, tienen claro que si PP y PSOE quieren una nueva reunión con Jourova de árbitro tendrán que poner una “base” sobre la que discutir. “Para que la reunión sea significativa necesitamos discutir en base a propuestas de ambas partes para entender de lo que hablamos”, explican fuentes del Ejecutivo comunitario que insisten en que otro encuentro más solo tiene sentido si hay algún tipo de propuesta sobre la que negociar para valorar si podría ser “efectiva” o no.
“Si la Comisión Europea recibe algo razonable podría convocar quizás otra reunión”, explican las mismas fuentes que no ponen fechas para esta posible nueva cita. El ministro Bolaños ha sugerido la posibilidad de que fuera este viernes aunque vista la premura y que la vicepresidenta Jourova participa en Luxemburgo en un Consejo de ministros de justicia parece poco probable el desplazamiento a Madrid. La próxima semana en Bruselas podría ser una opción aunque siempre y cuando haya un papel sobre la mesa.
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Se trata del primer contacto que Bolaños y González Pons mantienen con la Comisión Europea desde que abandonara el arbitraje en abril el comisario Didier Reynders para hacer campaña por la secretaría general del Consejo de Europa. Pese a la marcha del liberal belga de su tarea de mediación diez días antes de la fecha prevista, la Comisión Europea se mostró partidaria de seguir mediando en el marco del “diálogo estructurado” puesto en marcha a comienzos de año. Entonces el liberal belga se dio de plazo dos meses pero en ninguna de las tres reuniones celebradas -ni en Bruselas ni en Estrasburgo- consiguieron llegar a un acuerdo. De hecho, el cuarto y último encuentro convocado por Reynders tras la reunión a tres bandas celebrada en la capital alsaciana, y que debía tener lugar en Madrid a finales de marazo, se terminó desconvocando.