Cada día, invisibles para el ojo humano, miles de enigmáticos destellos de energía cósmica conocidos como ráfagas rápidas de radio (FRB, por sus siglas en inglés) estallan en el cielo, liberando tanta energía en milisegundos como la que libera el sol en un día.

Gracias a su naturaleza fugaz, los científicos a menudo han tenido que confiar en la suerte sólo para observar FRBy mucho menos identificar de dónde vienen o qué les lleva a comportarse como lo hacen.