El Gobierno afronta una cuesta de enero más empinada que nunca, y que es en realidad el preámbulo de un 2025 con muchas curvas. Los dos retos a a corto plazo consisten en sacar adelante unos Presupuestos, que supondrían un salvavidas para agotar la legislatura hasta 2027, pero sobre todo recomponer la mayoría que hizo presidente a Pedro Sánchez. Poco más de un año después de la investidura, el bloque da signos de descomposición, con PNV y Junts avalando tesis del PP en distintas votaciones parlamentarias. De esta suma de mayorías dependerá también la capacidad de acción del Gobierno y el plantel de reformas anunciadas y que están todavía pendientes de aprobarse. Todo ello con un paisaje marcado por el asedio judicial, con casos que implican a personas extremadamente próximas a presidente, desde el que fuera su mano derecha en el Gobierno, José Luis Ábalos, a su esposa, Begoña Gómez, su hermano, David Sánchez, o el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz. Salvo en el caso de Ábalos, a quien apartó del Gobierno sorpresivamente, Sánchez se ha echado a las espaldas la férrea defensa de todos ellos, asumiendo también su desgaste.