Iba a empezar este artículo de otra manera. Pero eso fue antes de que interviniera mi hija de 10 años. De hecho, ya había empezado a escribir cuando ella se levantó y trató de estafarme. Me ofreció apostar 10 libras a que podía hacer que un lápiz normal escribiera en color rojo. Por desgracia para la emprendedora en ciernes, rechacé la apuesta: tenía demasiada confianza, así que sospeché que tenía algo bajo la manga. Pero la dejé revelar su truco. Tomó un lápiz y escribió “en color rojo”. Luego se rió como una hiena y se fue a intentar estafar a su madre.
Nuestra pequeña chispa brillante tiene opiniones sobre todo, desde videojuegos y deportes hasta libros. Está aprendiendo álgebra básica y codificación, y su experiencia en Taylor Swift supera ampliamente la mía. Sin embargo, a pesar de todo este conocimiento, le quedan años antes de llegar a la edad adulta. Si vive una esperanza de vida promedio, una cuarta parte de sus años los pasará siendo menor de edad.
La larga infancia humana es una verdadera rareza. Ningún otro primate dedica tanto tiempo a convertirse en adulto. A lo largo de la evolución de nuestra especie, junto con cambios físicos más obvios, la infancia se hizo mucho más larga. Tradicionalmente, los paleoantropólogos han prestado poca atención a los niños, pero ahora eso está cambiando. Una serie de descubrimientos intrigantes en los últimos años están construyendo una imagen sobre la infancia humana: cuándo se expandió esta etapa de la vida aparentemente improductiva, por qué es tan larga y qué hacían los niños prehistóricos. Los hallazgos no sólo arrojan luz sobre un rincón oscuro…