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La película biográfica se desarrolla el 13 de julio de 1992, con el nacimiento de Srikanth (Rajkummar Rao) de Damodar Bolla (Srinivas Beesetty) y Venkatamma Bolla (Anusha Nuthula) en Machilipatnam, Andhra Pradesh. Mientras Damodar experimenta la alegría típica de un nuevo padre y le pone a su hijo el nombre de su jugador de críquet favorito, Krishnamachari Srikkanth, su euforia se convierte en desesperación al enterarse de que Srikanth es ciego. Ante la presión de vecinos y familiares para acabar con la vida de su hijo, los padres de Srikanth se enfrentan a una decisión desgarradora, pero al final deciden quedarse con el bebé. Srikanth crece y se convierte en un niño brillante. Aprueba su décimo examen con un lugar en la lista de méritos y quiere seguir estudiando en la rama científica. Debido a las reglas que existían entonces, se le niega un asiento debido a su discapacidad. Luego lleva el sistema educativo a los tribunales y obtiene un veredicto favorable. Más tarde, frustrado por el sistema educativo indio, decide estudiar en el extranjero y recibe una beca completa del MIT de Boston. Posteriormente, en lugar de quedarse en Estados Unidos, decide regresar a la India y convertirse en empresario. En esto lo ayudan su maestra Devika (Jyothika), un inversionista de buen corazón Ravi Mantha (Sharad Kelkar) y su novia Veera Swathi (Alaya F).

Ningún hombre es una isla. Y por mucho que nos proclamemos hechos a nosotros mismos, todos somos producto de las circunstancias y de la bondad de quienes nos rodean. Al finalizar la proyección, las siguientes preguntas seguramente surgirán en la mente de los espectadores: ¿Qué hubiera pasado si el padre de Srikanth hubiera sucumbido al consejo de quienes lo instaban a poner fin a la vida de su hijo ciego? ¿Y si el ‘maestro Devika’, una figura fundamental, no se hubiera cruzado en su camino? ¿Qué hubiera pasado si no se hubiera dedicado al emprendimiento y no hubiera descubierto un aliado de apoyo en Ravi Mantha? Lo más importante es ¿qué hubiera pasado si el presidente Abdul Kalam no hubiera brindado su confianza y apoyo a un joven que aspiraba a convertirse en el primer presidente con discapacidad visual de la India?

Srikanth Bolla, un empresario ciego de la vida real, no dejó que las circunstancias le afectaran. Y tuvo la suerte de conocer gente buena que realmente se preocupaba por él. Srikanth es un aspirante a retrato de su vida. La película es un testimonio del poder de la resiliencia, la determinación y el espíritu humano, elaborada con cariño por el director Tushar Hiranandani. La película captura maravillosamente el viaje de Srikanth desde la adversidad hasta el triunfo, mostrando el impacto de momentos e individuos clave en la configuración de su destino. Desde sus primeras luchas contra los prejuicios sociales hasta la eventual realización de sus sueños, cada escena está imbuida de resonancia emocional. El guión navega hábilmente por temas de resiliencia, determinación y el poder de la fe, dejando un impacto duradero en la audiencia. Y no es que el director sólo haya mostrado el lado bueno de Srikanth. También se muestra su lucha con su negatividad, con el orgullo y la arrogancia. Es un retrato completo, con defectos y todo.

La interpretación de Rajkummar Rao de Srikanth Bolla es nada menos que fascinante. Profundiza en la psique de su personaje, capturando sin esfuerzo las luchas internas y los triunfos del viaje de Srikanth. Desde los momentos de indignación hasta la entrañable cualidad del humor autocrítico, la actuación de Rao es acertada. Su ensayo sobre el Srikanth adulto es particularmente cautivador, aunque la descripción de sus años de adolescencia puede carecer de un toque de convicción debido a la diferencia de edad del actor con su personaje y la falta de envejecimiento computarizado. La interpretación que hace Jyothika de Devika, la mentora de Srikanth, está imbuida de calidez y fuerza. Su presencia fundamenta la narrativa, destacando la importancia de la orientación y el apoyo en el viaje. Alaya F, como Swathi, añade un toque de ternura a la historia, aunque su personaje podría haberse beneficiado de una mayor profundidad. Sharad Kelkar ofrece una actuación sólida como Ravi Mantha, que encarna la fuerza silenciosa y la comprensión de un verdadero amigo y mentor.

En conclusión, Srikanth es una historia conmovedora e inspiradora que cobra vida gracias a la perspicacia como director del director Tushar Hiranandani y la destreza de escritura de Jagdeep Siddhu y Sumit Purohit. Con actuaciones estelares del elenco, particularmente la poderosa interpretación de Rajkummar Rao del personaje principal, la película es un testimonio del triunfo del espíritu humano contra todo pronóstico.