Moncloa y Ferraz tratan de evitar posicionamientos públicos que interfieran en el complejo proceso de investidura en Cataluña. Sus mensajes se limitan a trasladar confianza en la investidura de Salvador Illa por ser la “única mayoría posible” y a respaldar las decisiones que tome el PSC subrayando que goza de total autonomía. “Tenemos que tener precaución”, zanja uno de los colaboradores del presidente del Gobierno para añadir que su forma de ayudar a Illa es que “no se interprete que decimos algo a favor o en contra”. Sin embargo, fuera el radar, el Ejecutivo sí ayuda a las negociaciones en las materias que le competen, como en lo relativo a la condonación parcial de la deuda a Catalunya.
El Gobierno ha situado esta reclamación de ERC, ya incluida en el pacto de investidura, como una prioridad. En un principio se planteó llevar la condonación de la deuda, extensible a otras comunidades que así lo reclamen, al proyecto de Presupuestos. La intención ahora pasa por acelerar los trámites y aprobar la quita a través de una ley específica al margen de las cuentas públicas, según fuentes de Moncloa. De esta forma, no habría que esperar a finales año y se podría vincular su aprobación a los tiempos para la investidura de Illa, con el plazo límite a finales de agosto.
Para ajustar los calendarios, fuentes de Hacienda descartan que la medida para condonar deuda de las comunidades autonómicas tenga que aprobarse formalmente en el Consejo de Política Fiscal y Financiera. En este órgano multilateral con las comunidades autónomas se podrá discutir, pero la luz verde corresponderá al Congreso, según insisten las mismas fuentes. Para justificarlo se basan en las indicaciones de sus servicios jurídicos.
A modo de compromiso, desde Ferraz apuntan que la mesa de negociación bilateral con ERC pactada en la investidura “vamos a empezarla con la condonación de la deuda”. La quita correspondiente a este territorio ascendería a 15.000 millones de euros.
En lo que vuelven a insistir desde el Gobierno, en plena tensión con los independentistas tras sumar sus votos para dar la Mesa del Parlament a Junts, es en su rechazo a negociar una suerte de ‘cupo catalán’. Esta pretensión de los republicanos es para los socialistas una línea roja, al considerar que no tiene encaje ni con la Constitución ni con el Estatut. “No vamos a negociar nada fuera del marco multilateral de la financiación autonómica”, aseguran.
«Singularidades» en financiación
[–>
Como explicaba este lunes durante una entrevista en TVE la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, en el Gobierno solo se abren a negociar un cálculo más favorable para Catalunya, pero el marco de la reforma del sistema de financiación autonómica. «Dentro de un modelo válido para todas las comunidades», acotó la también vicesecretaria general de los socialistas. De ahí que estén dispuestos a estudiar las “singularidades” de Cataluña para compensar sus competencias. En materia penitenciaria o de justicia, pero principalmente por la policía autonómica (Mossos).
Al contar Cataluña con la singularidad de gestionar un buen número de competencias propias, en Hacienda entienden que merecería una financiación “distinta” a la actual. El hecho de que cualquier cambio en la financiación dependa de la reforma del modelo de financiación autonómica lo deja fuera de las negociaciones para la hipotética investidura de Salvador Illa. Los socialistas no quieren impulsar un nuevo modelo sin consensuar con los populares -gobiernan en 11 de las 17 autonomías- y en estos momentos las opciones son mínimas. Ni siquiera existe una posición unitaria dentro de los dos grandes partidos. En privado, se reconoce que las posibilidades de alcanzar un acuerdo en esta legislatura son reducidas.
“Allanar” la investidura
[–>
En la cúpula socialista apuntan a que el principio de acuerdo entre el PSC y ERC para darles entrada en el gobierno municipal puede “allanar” el acuerdo en el Parlament para una suma de izquierdas. Si bien reconocen la existencia de dos almas dentro de ERC y su máxima de no interferir en proceso negociador.
[–>
Lo que trasladan desde Ferraz está en plena sintonía con los mensajes que trasmite Illa. Pese al acuerdo entre los independentistas para pactar la presidencia del órgano rector de la cámara catalana, dicen descartar ahora mismo la hipótesis de una repetición electoral. Eso sí, fuentes socialistas comienzan a lanzar argumentos en forma de reto. Los catalanes han hablado claro en menos de tres semanas”, en referencia a las catalanas y las europeas. Hacerlo una tercera vez, entienden que no haría más que corroborar la holgada victoria del PSC y la ruptura de la mayoría independentista.