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«¡Deja tu teléfono!» La mayoría de los padres se habrán encontrado gritando alguna versión de esto a sus hijos, y a menudo se encontrarán con los ojos en blanco.

Todos nos hemos encontrado pasando más tiempo frente a las pantallas en los últimos años, con el auge de los teléfonos inteligentes y las redes sociales. Los niños no son una excepción. La pandemia de covid-19 también provocó un enorme aumento del tiempo que pasaban frente a la pantalla como resultado de los confinamientos y el cierre de escuelas.

Hay muchas afirmaciones aterradoras sobre el exceso de tiempo frente a la pantalla para niños y adolescentes: que está dañando su salud mental, provocando depresión, trastornos alimentarios e incluso suicidio, y está reduciendo el tiempo que de otro modo dedicarían a socializar o hacer ejercicio, provocando soledad y mala condición física. En resumen, el temor es que pasar demasiado tiempo en dispositivos digitales esté arruinando la vida de los niños… y empresas tecnológicas, que han diseñado sus aplicaciones para engancharnos, son cómplices. No es de extrañar que los gobiernos de todo el mundo estén considerando reducir el tiempo que los menores de 18 años pasan frente a una pantalla.

Sin embargo, una mirada más cercana a la evidencia no respalda este panorama abrumadoramente negativo. Esto no significa que los gigantes tecnológicos sean benignos y no necesiten más regulación. Pero sí significa que debemos pensar más detenidamente sobre cómo es el tiempo saludable frente a una pantalla para los jóvenes y cuál es la mejor manera de hacer que el mundo en línea sea accesible para ellos. Aquí tienes una guía de lo que realmente sabemos sobre el impacto de las pantallas y las redes sociales.

Una cosa está clara en este complejo ámbito: los niños y adolescentes pasan ahora mucho tiempo frente a las pantallas, al igual que el resto de nosotros. A …