El PP estuvo meses insistiendo en que “no descartaba” ninguna comparecencia en la comisión de investigación en el Senado sobre el caso Begoña Gómez. El portavoz del partido, Borja Sémper, así lo respondió semana tras semana, dejando la puerta abierta a que la mujer del presidente del Gobierno tuviera que someterse a las preguntas de sus senadores.
La estrategia de los conservadores ha ido cambiando con la instrucción del juez Juan Carlos Peinado y en el mes de abril por primera vez Alberto Núñez Feijóo empezó a enfriar la citación de Gómez: “No es mi estilo. No tengo interés”, dijo. Pero el goteo de informaciones hacía que esa posibilidad siguiera existiendo. Este lunes, tras el último comité de dirección del mes de agosto y en el inicio de curso oficioso de la mayoría de dirigentes del PP, Sémper cerró la puerta como no lo había hecho antes: “Nosotros a quien hacemos control es al presidente Sánchez. Que nadie espere que el PP llame a Begoña Gómez a ninguna comisión”, alegó.
“A quien llamaremos y a quien vamos a fiscalizar es al presidente del Gobierno. Nosotros no hacemos oposición a Begoña Gómez, que dará cuenta de sus negocios y la posible utilización de la Moncloa como plataforma ante el juez”, recalcó Sémper. La citación del presidente del Gobierno, eso sí, sigue sin fecha aunque en Génova insisten en que antes o después se producirá.
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Precisamente este lunes el juez retoma la instrucción del caso con el foco puesto en la financiación de la cátedra de Gómez en la Universidad Complutense y el contrato con Globalia llamando como testigos a la a la exdirectora de Wakalua (organización perteneciente a Globalia) y a responsables de La Caixa y Reale Seguros (patrocinadores de la cátedra) y a un directivo del Grupo Barrabés, pieza clave en el caso.
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