Unas 400 personas se han concentrado este martes a partir de las 19 horas en el centro de Barcelona para exigir la clausura de la comisaría de la Policía Nacional de Via Laietana y convertir el local en un «centro de memoria», coincidiendo con el séptimo aniversario del 1-O. La protesta la ha convocado la Comissió de la Dignitat, con apoyo de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), en el cruce entre la Via Laietana y la calle Doctor Joaquim Pou, y los congregados han ocupado la calzada, cerrando la vía al tráfico.
Entre los asistentes han estado la presidenta de Junts, Laura Borràs, el diputado de la CUP en el Parlament, Dani Cornellà, el diputado de Junts, Francesc Dalmases, o el activista Jordi Pesarrodona. Al frente de la concentración, los congregados han desplegado una pancarta con el lema ‘Close police torture centre, prou repressió i tortura’ (‘Cierren el centro policial de tortura, basta de represión y tortura’, en inglés y catalán).
Los asistentes han levantado numerosos carteles con el lema ‘La casa de los horrores: Via Laietana represión y tortura’, y han gritado lemas como «1 d’octubre ni oblit ni perdó».
La ANC y los CDR han instado este 1-O a que el independentismo busque «nuevas formas de boicot y erosión». «Es necesario que recobremos la fuerza y la iniciativa política en la calle, en el trabajo y en casa, pero también en las instituciones», defiende el manifiesto conjunto, que han leído este martes por la noche en la concentración de la plaza Sant Jaume de Barcelona. Al finalizar el acto, han proyectado imágenes de las cargas policiales de 2017 en la fachada del Palau de la Generalitat, así como declaraciones antiguas del presidente Salvador Illa defendiendo el 155.
El manifiesto conjunto fue leído por el exdiputado de la CUP y nuevo miembro de la dirección del ANC, Julià de Jòdar, y la miembro de los CDR Pepa Arenós.
El manifiesto del ANC y los CDR defiende que «hay que denunciar cualquier ataque» y «trabajar nuevas formas de boicot y erosión en el estado en todas sus formas, que empujamos para tener en las instituciones unas fuerzas políticas que nos representen» . Y añaden en este punto: «Es necesario que provoquemos el estado de forma creativa para volver a obligarle a sacarse esta careta que se ha podido poner a ojos internacionales gracias a los indultos, la amnistía y todas las demás farsas que nos quieren vender como pactos». Por otra parte, ambas entidades independentistas denuncian que la Generalitat está «presidida por un catalán españolista que apoyó el golpe de estado del 155 y que dijo que ya habría tenido que aplicarse en el 2014». Y se preguntan «cómo se ha llegado a esta situación».
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El ANC y los CDR señalan el «largo intervalo» posterior al 1-O, que ha sido «dominado por el golpe de estado judicial, por la claudicación y desunión de los partidos nuevamente autonomistas y por el desengaño de la sociedad catalana radicalmente democrática , algunos movimientos parecen querer conducir a un punto de inflexión».