La actriz Elisa Mouliaá declaró al juez Adolfo Carretero que «forcejeó» con Íñigo Errejón «levantándose de la cama azorada», según indica el acta de su declaración, a la que ha tenido acceso esta redacción. Previamente, le había hecho tocamientos en la pared, en donde le dijo que estaba «incómoda«, para después «tirarla» a la cama y «quitarle el sujetador».
[–>[–>[–>[–>A preguntas del juez, Mouliaá no recordó cuando tiempo duró la presunta agresión sexual, pero sí reiteró que estaba «muy incómoda», y que por eso le dijo que se sentía «violentada«. Así se expresa en la declaración que le tomó ayer el titular del Juzgado de Instrucción número 47, que se detiene e lo ocurrido en una fiesta en una casa particular a la que asistía una docena de personas y a la que la actriz invitó al político en 2021.
[–>Según las manifestaciones vertidas por Mouliaá, en dicha fiesta bebieron mucho, o lo que ella consideraba que era mucho porque «había sido madre hace un año» y pese a ello «él le dio dos copas». Además, relató ante el juez que «su amigo Fernando quería bailar una canción de Los Secretos y Errejón puso dos canciones punkis», tras lo cual, no sabe si «por un ataque de celos», la cogió del brazo fuertemente y se la llevó por el pasillo, donde se produjo la agresión. No pudo asegurar que echara el cerrojo, pero sí que el portavoz de Sumar se cercionó de que la puerta estaba cerrada y entonces la llevó hasta la cama y le quitó el sujetador, tras lo cual «se sacó el miembro viril» y entonces le dijo que se «sentía violentada» y forcejeó con él levantándose e intentando salir de la habitación.
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A partir de ahí el relato de Mouliaá es más confuso, aunque recuerda que le dijo que el taxi les llevaba esperando cinco minutos y fue en ese coche donde recibió la llamada de su padre, que le llamó porque su hija tenía 40 de fiebre. Al llegar Errejón insistió para que le dejara subir a firmarle el libro –la presentación había sido la excusa para el encuentro–. En esos momentos vuelve a apuntar que había bebido mucho y que por ello le dijo que se sentía incómoda y, aunque «le vio muy frío» llamaron a un taxi. La historia se la contó a sus amigas, padres y hermanos días después, y aunque en dicho momento «no era consciente» de que se trataba de una agresión lo ocurrido la ha afectado al punto de tener que medicarse y consultar a una psiquiatra y a una terapeuta.
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[–>[–>[–>[–>Al final de su interrogatorio, y repreguntada por la situación en la que se encontraba la noche de la agresión, es cuando la actriz afirma que se planteó la posibilidad de que el político le hubiera echado algo en la copa. A preguntas de su abogado, y sobre las interacciones posteriores entre ambos tenían como objetivo que él no pudiera negar «que la conocía». Errejón, a día de hoy «no le ha pedido perdón todavía», reza la declaración ante el juez.
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