Los humanos pueden hablar sin esfuerzo sobre un número infinito de temas, desde la neurociencia hasta los elefantes rosados, combinando palabras en oraciones. Esto es gracias a composición: La capacidad de combinar unidades significativas en estructuras más grandes cuyo significado se deriva del significado de sus unidades y la forma en que se combinan.


Durante años, los científicos creían que solo los humanos usaban ampliamente la composicionalidad. Se pensaba que la comunicación animal era principalmente una mera variedad aleatoria de llamadas, con solo casos raros de composicionalidad.


Sin embargo, Nuestro nuevo estudiopublicado recientemente en la revista Cienciadice lo contrario.


Al investigar ampliamente la comunicación vocal de los bonobos en su hábitat natural, el Reserva comunitaria de Kokolopori En la República Democrática del Congo, encontramos que la comunicación vocal entre los bonobos, nuestros parientes vivos más cercanos, junto con los chimpancés, se basa ampliamente en la composicionalidad, al igual que el lenguaje humano.


Un diccionario de bonobo

Investigar la composición en los animales primero requiere una fuerte comprensión de lo que significan las llamadas individuales y sus combinaciones. Esto ha presentado durante mucho tiempo un desafío, ya que acceder a las mentes de los animales y decodificar de manera confiable el significado de sus llamadas es difícil.


Para remediar esto, desarrollamos una nueva forma de determinar de manera confiable el significado de las vocalizaciones de bonobo, y lo usamos para determinar el significado de todas sus llamadas y combinaciones individuales.


Asumimos que una llamada Bonobo puede tener diferentes tipos de significado. Puede dar una orden («ejecutar»), anunciar acciones futuras («Viajaré»), expresar los estados internos («Me temo») o referirse a eventos externos («Hay un depredador»).


Para comprender de manera confiable el significado de cada vocalización mientras evitamos el sesgo humano, describimos con gran detalle el contexto de emisión de cada vocalización, utilizando más de 300 parámetros contextuales. Por ejemplo, registramos la presencia de eventos externos (como la presencia de otro grupo de bonobo o mono cerca) y el comportamiento de la persona que llama, como si se trataba de alimentar, viajar, descansar, etc.


También codificamos, durante los dos minutos posteriores a la producción de una llamada, lo que la persona que llama y la audiencia comenzaron a hacer, seguían y dejaron de hacer. Utilizamos esta descripción muy detallada del contexto para Atributo Significado a las llamadassiendo el significado los parámetros contextuales asociados con la emisión de esta vocalización.


Por ejemplo, si la persona que llama siempre comienza a viajar después de que se emite una llamada en particular, entonces la llamada probablemente significa «viajaré».


Con este enfoque, pudimos crear una lista completa de llamadas de bonobo y su significado asociado: una especie de diccionario de bonobo. Este diccionario representa un paso importante para comprender la comunicación animal, ya que es la primera vez que los investigadores han determinado sistemáticamente el significado de todas las llamadas de un animal.


Compositalidad de bonobo

En el segundo paso de nuestro estudio, desarrollamos un método para investigar si las combinaciones de animales son compositivas. Encontramos numerosas combinaciones de llamadas cuyo significado estaba relacionado con el significado de sus partes: un sello distintivo clave de la composicionalidad.


Además, algunas de estas combinaciones de llamadas tenían un parecido sorprendente con las estructuras compositivas más complejas en el lenguaje humano.


En el lenguaje humano, la composición puede tomar dos formas. En su versión simple (o trivial), cada elemento de la combinación contribuye al significado de todo independientemente, y la combinación se interpreta por la suma de sus partes.


Por ejemplo, «Blond Dancer» se refiere a una persona que es rubia y bailarina. Si esta persona también es médico, podemos inferir que también son un médico rubio.


En la sintaxis compleja (o no trivial), las unidades en una combinación no contribuyen con significados independientes, sino que interactúan para que una parte de la combinación modifique la otra.


Por ejemplo, «Bad Dancer» no se refiere a una mala persona que también es bailarina. De hecho, si esta persona también es médico, no podemos inferir que sean un mal médico. Aquí, «Bad» está vinculado solo a «Dancer».


Estudios previos en pájaros y primates han demostrado que los animales pueden formar estructuras trivialmente compositivas. Sin embargo, previamente ha habido poca evidencia clara de composicionalidad no trivial en los animales, lo que refuerza la idea de que esta capacidad es exclusivamente humana.


Para determinar si las llamadas de bonobo fueron compositivas, tomamos prestado un enfoque de la lingüística Eso establece que, para ser considerado composicional, una combinación debe cumplir con tres criterios:

  1. Cada uno de sus elementos tiene diferentes significados.
  2. El significado de la combinación es diferente del significado de sus elementos.
  3. El significado de la combinación se deriva del significado de sus elementos.

Además, evaluamos si una combinación de composición no era trivial al determinar si su significado era más que la suma del significado de sus partes. Para hacer esto, construimos un espacio semántico, una representación multidimensional de los significados de llamadas de bonobo, que nos permitió medir las relaciones entre el significado de llamadas y combinaciones individuales.


Utilizamos un método derivado de semántica de distribuciónun enfoque lingüístico que mapea las palabras en función de sus similitudes de significado, con la idea de que las palabras con significados cercanos se usan en contextos similares.


Por ejemplo, las palabras «tiburón» y «animal» a menudo se usan junto con palabras similares, como «pez» y «depredador», lo que sugiere que tienen significados relacionados. En contraste, «animal» y «banco» se usan en diferentes contextos, tienen significados menos relacionados.


Este enfoque permite representar y medir de manera confiable la relación entre los significados de las diferentes palabras.


Al aplicar esta metodología a las vocalizaciones de Bonobo, mapeamos el significado de llamadas y combinaciones de llamadas dentro de un espacio semántico basado en su contexto de uso. En última instancia, esto nos permitió determinar qué combinaciones cumplieron los tres criterios para la composición y, además, si mostraron composicionalidad no trivial.


Identificamos cuatro combinaciones de llamadas cuyo significado estaba relacionado con el significado de sus partes individuales, un sello clave de la composicionalidad. Es importante destacar que cada tipo de llamada apareció en al menos una combinación de composición, de manera similar a cómo cada palabra puede ocurrir en una frase en el lenguaje humano. Esto sugiere que, al igual que en el lenguaje humano, la composición es una característica fundamental de la comunicación de bonobo.


Además, tres de las combinaciones de llamadas tenían un parecido sorprendente con las estructuras compositivas no triviales más complejas observadas en el lenguaje humano. Esto sugiere que la capacidad de combinar tipos de llamadas de maneras complejas no es tan exclusiva de los humanos como alguna vez pensamos, insinuando que esta capacidad puede tener raíces evolutivas más profundas de lo que se suponía anteriormente.

Un bonobo emite un peep sutil, que significa ‘me gustaría …’, antes del silbato, que significa ‘permanecer juntos’. En situaciones sociales tensas, esta combinación significa algo como ‘relajemos’

Evolución del lenguaje

Una implicación importante de esta investigación es la visión que proporciona sobre las raíces evolutivas de la naturaleza compositiva del lenguaje. Si nuestros primos bonobo confían ampliamente en la composicionalidad, al igual que nosotros, entonces nuestro último antepasado común probablemente también lo hizo.

Esto sugiere que la capacidad de construir significados complejos a partir de unidades vocales más pequeñas ya estaba presente en nuestros antepasados ​​hace al menos 7 millones de años, si no antes. Estos nuevos hallazgos indican que, lejos de ser exclusivo del lenguaje humano, la composición probablemente existía mucho antes que los humanos.

Mélissa BerthetDocteur en Biologie Spécialisée en Comportement Animal, Universidad de Zúrich

Este artículo se republicó de La conversación bajo una licencia Creative Commons. Leer el artículo original.

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