El plan del Govern para esta legislatura incluye como una de sus propuestas estrella el impulso de la ley de barrios, una iniciativa que fue buque insignia del tripartit y que ahora, de la mano del president Salvador Illa, se recupera para poder impulsar proyectos de mejora en alrededor de 90 zonas vulnerables en los próximos cuatro años. A nivel metropolitano, la Generalitat pone el foco en dar un espaldarazo a la riba del Besòs, donde en los últimos años se han diseñado actuaciones de rehabilitación y de intervención urbana que están a la espera de inversión para ser ejecutados. Se trata de un área que abarca cinco ciudades -Barcelona, Santa Coloma de Gramenet, Sant Adrià de Besòs, Montcada i Reixac y Badalona- y una población de cerca de 450.000 habitantes.
El primer paso para que sea posible es que haya nuevos presupuestos en 2025 y que estos destinen por lo menos 150 millones a la ley de barrios. El segundo, que los municipios interesados y que cumplan los requisitos -tener una renda per cápita inferior a la media de Catalunya y cumplir con la puntación requerida en los indicadores de vulnerabilidad socioeconómica y urbana-, presenten el proyecto. El plan está previsto para áreas homogéneas, principalmente de una misma localidad, pero también para zonas en las que haya continuidad urbana aunque pertenezcan a varios municipios, como es la del Besòs. Desde el comisionado de barrios, liderado por Carles Martí, están previstas reuniones con los alcaldes para incentivar la actuación conjunta.
Rehabilitación de edificios
No se parte de cero. Más allá de los trabajos hechos en las últimas tres décadas para la recuperación medioambiental del río y las intervenciones urbanas más urgentes ya realizadas en los barrios colindantes a este espacio natural, el Consorci del Besòs, Barcelona Regional y el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) han hecho el diagnóstico de las necesidades de una zona con una alta densidad de población y condicionada por grandes infraestructuras viarias y ferroviarias. Las asignaturas pendientes van de la mejora de edificios construidos entre los años 60 y 70 y el impulso de nueva vivienda pública, al nuevo barrio que hay que levantar en torno a las Tres Xemeneies, la dinamización económica y actuaciones que contribuyan a la cohesión social.
Casi en paralelo a la aprobación de la ley de barrios verdes en el Parlament en 2022, el AMB puso negro sobre blanco a la estrategia metropolitana del Besòs para detallar las inversiones necesarias en este territorio para los próximos 10 años, que sumaban del orden de unos 500 millones de euros entre administraciones locales, estatales y la Generalitat. En materia de rehabilitación y mejora urbana, que es lo que compete a la ley de barrios -queda fuera de ella todo lo que sea nueva construcción de vivienda, de nuevas escuelas, centros de atención primaria y comisarías-, se citan asignaturas pendientes como la eficiencia energética, la conservación y la accesibilidad de viviendas. Se trata de la mejora del aislamiento térmico y acústico no solo por una cuestión medioambiental, sino también para hacer frente a la pobreza energética.
El río Besòs y las Tres Chimeneas de Sant Adrià, desde el aire / El Periódico
Trascender lo físico
Y es que el plan de barrios tiene la vocación de trascender meramente lo físico para lograr mejoras también de puertas hacia adentro de las viviendas. Se reclaman que los proyectos tengan un carácter integral, cosa que supone que, más allá de transformaciones físicas urbanas, incluyan intervenciones medioambientales para mitigar los efectos del cambio climático y acciones sociocomunitarias. En todo caso, instalar un ascensor, por ejemplo, no solo repercute en la accesibilidad a un piso, sino que facilita que la persona que vive en él, especialmente si es mayor o tiene dificultades de movilidad, pueda hacer más vida fuera de casa y relacionarse con el vecindario.
La hoja de ruta trazada para el Besòs hace referencia también a la recuperación de más zonas verdes y de equipamientos degradados, rehabilitación de polígonos, potenciar carriles bici y de poner solución a las 31 hectáreas afectadas por ocupaciones y barraquismo, además del impulso al sector de Les Tres Xemeneies, sobre las que ya orbita un hub audiovisual.
El historial de convocatorias
A expensas de si hay presupuestos en 2025 para desplegar la ley de barrios, el proyecto de decreto que ha puesto a exposición pública el Govern plantea inversiones de entre tres y 25 millones de euros de inversión en cinco años, cifra condicionada a la cantidad de habitantes que tengan los municipios -o, en este caso, la zona- que decidan optar al plan. El Besòs podría aspirar a la máxima dotación prevista, dada la cifra de población que concentra. En las siete convocatorias que hubo entre 2004 y 2010 se invirtió un total de 1.123 millones -582 aportados por la Generalitat y 541 por los consistorios elegidos- en 143 barrios de 117 municipios de Catalunya.
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En el caso del área metropolitana, la dotación media fue de cerca de 8 millones por proyecto en el primer año, mientras que fue menguando esa cantidad para llegar a más zonas hasta los 3,5 millones en 2010, un patrón que se reprodujo, partiendo de cantidades inferiores, en las comarcas centrales; la zona de Ponent, Pirineu y Arán; Camp de Tarragona y Ebre y comarcas de Girona. La intención del Govern es que haya una equidad territorial por veguerías y, por lo tanto, evitar que el área metropolitana absorba la mayor parte del presupuesto, cosa que se logra con intervenciones acotadas y de inversión más contenida para alcanzar a más barrios.
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