Debido a que la hipertensión arterial pulmonar (PAH) a menudo causa dificultad para respirar, hinchazón y fatiga, el ejercicio puede parecer lo último que debe hacer. Pero el tipo correcto (con la aprobación de su médico) puede aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida.
Cómo ayuda el ejercicio
Casi como se mire, el ejercicio es una buena medicina.
«Lo que llamamos sentado es el nuevo hábito de fumar», dice Eugene Chung, MD, presidente del Consejo de Liderazgo en Cardiología del Deporte y Ejercicio del Colegio Americano de Cardiología y profesor de medicina interna en la Universidad de Michigan. «Si vives un estilo de vida predominantemente sedentario, la mayor rentabilidad, desde el punto de vista de la salud, es levantarte y empezar a moverte con más frecuencia».
El ejercicio regular ayuda al corazón y al cuerpo a trabajar de forma más inteligente, no más intensa. Mantiene los vasos sanguíneos en buena forma y alivia la inflamación. Todo esto tiene un impacto positivo en la HAP.
Así es como: la HAP ejerce presión sobre el ventrículo derecho del corazón. Este estrés inicia una cascada de cambios en su cuerpo. Uno de ellos es un aumento de adrenalina, la hormona que desencadena la respuesta de “lucha o huida”.
«Se ha demostrado en múltiples estudios que el ejercicio ayuda a disminuir la inflamación y entrenar al corazón para responder al aumento de adrenalina», dice Chung.
Esto mejora su frecuencia cardíaca máxima durante el ejercicio. Esa es la cantidad de latidos por minuto que tu corazón puede bombear de manera segura cuando haces ejercicio. También reduce la presión arterial, lo que ayuda a evitar que se produzca la cascada de cambios.
En resumen, el ejercicio ayuda a romper el ciclo de empeoramiento de los síntomas de la HAP.
Las mejores formas de moverse
«Cualquier programa de ejercicio debe iniciarse consultando con su médico y debe seguirse regularmente», dice Chung.
Su médico comprende sus limitaciones y puede decirle qué está bien. Lo ideal es que hagas ejercicio bajo la supervisión de un programa de rehabilitación cardiopulmonar. En cuanto al tipo de ejercicio mejor, Chung dice que se centran en la actividad aeróbica. Ese es el tipo que hace latir tu corazón, no los movimientos isométricos que te hacen mantener el músculo en una posición contraída o ejercicios de alta resistencia como el levantamiento de pesas.
Para que tu sangre bombee, puedes intentar:
Caminando. Haga sus pasos en una cinta de correr o dando un paseo rápido por su vecindario. Intente realizar sesiones de 1 hora tres veces por semana.
Nadar. Hacer ejercicio en el agua tonifica tus músculos sin forzar tus articulaciones. Puedes hacer aeróbic acuático o simplemente nadar.
Ciclismo. Las bicicletas elípticas y las bicicletas reclinadas son una forma segura de andar en bicicleta sin correr el riesgo de caerse.
Otros tipos de ejercicio incluyen:
Yoga. Aunque no hay mucha investigación sobre los beneficios directos del yoga sobre la HAP, su estiramiento lento y consciente reduce el estrés y reduce la inflamación en el cuerpo.
Entrenamiento de resistencia ligera. Puedes mantener tus músculos flexibles y fuertes usando pesas livianas (las latas de sopa pueden funcionar bien) o simplemente el peso corporal. Un especialista en rehabilitación puede enseñarle movimientos como sentadillas en silla, flexiones de brazos en la pared, elevaciones de pantorrillas, flexiones de bíceps y más.
Es importante no levantar mucho peso porque puede empeorar los síntomas.
«Si fueras a esforzarte y hicieras más levantamiento de pesas de alta intensidad, existe la posibilidad de que, dependiendo de la causa de la hipertensión pulmonar, pudieras ejercer una mayor tensión en el lado derecho del corazón», dice Chung.
También es más probable que contengas la respiración mientras levantas, lo que aumenta la presión en la cavidad torácica.
Qué tener en cuenta
Al igual que con cualquier rutina de ejercicios, esté atento a las señales de que ha hecho demasiado. Tenga en cuenta estos consejos de seguridad:
- Haga ejercicio en el momento del día en el que se sienta mejor y tenga más energía.
- No hagas ejercicio solo: intenta ejercitarte con un amigo.
- Nunca contengas la respiración mientras haces ejercicio.
- Siempre caliente antes de hacer ejercicio y enfríe después.
- Comience poco a poco y haga más una vez que su cuerpo esté listo.
Informe a su médico sobre cualquier efecto secundario preocupante, como hinchazón o más dificultad para respirar de lo habitual.