Los militantes de ERC elegirán el 30 de noviembre a la nueva dirección del partido. Lo harán a través de unas elecciones primarias que, tal y como están planteadas, dan todo el protagonismo a los aspirantes a presidente de la formación y a sus números dos, los aspirantes a secretario general. Pero en estas elecciones, en las que hay cuatro candidaturas en disputa, también se elegirán a los principales miembros de la nueva dirección republicana. Aquellas personas que están llamadas a mover los hilos del partido entre bastidores, a ejercer el control de la organización, a negociar los temas delicados con las otras formaciones y a comerse los marrones. Son los siguientes.
[–>Los dos líderes de esta candidatura, Oriol Junqueras y Elisenda Alamany, aspiran a tener importantes roles institucionales. El primero quiere ser presidente de la Generalitat y la segunda alcaldesa de Barcelona. Es por esto que, si ganan las primarias, tendrán unos escuderos a quien confiarán el día a día de la organización. El primero es Oriol López, candidato a secretario general adjunto. Gran conocedor de los entresijos del partido, es una de las personas de la máxima confianza de Junqueras. Se bregó como concejal en el Ayuntamiento de Mollet del Vallès, donde siempre tuvo que fajarse con el PSC.
Otras dos personas le igualan en peso específico en este segundo escalafón. En primer lugar, la exportavoz en Rubí Arés Tubau, que también será secretaria general adjunta, pero en su caso con la cartera de feminismo y LGTBI. En segundo lugar, la eurodiputada Diana Riba estará adscrita a Junqueras. Entre los dos existe no solo un vínculo político sino también personal. Los hijos de ambos coincidían en la cárcel para ver a sus padres. Unos al propio Junqueras, los otros al exconseller Raül Romeva, pareja de Riba. Otro peldaño por debajo destacan Pau Morales (Organización), Santi Valls (Municipalismo) e Isaac Albert (Comunicación).
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La candidatura que lideran Xavier Godàs y Alba Camps tiene en el segundo escalafón a dos mujeres que, paradójicamente, son más conocidas dentro del partido que los propios líderes. La primera es Raquel Sans, periodista de profesión y actual vicepresidenta del Parlament. Si ganan las primarias, será vicepresidenta de asuntos institucionales. Su caso es curioso: llegó a posiciones destacadas en la organización con el aval de Junqueras, que vio en ella la persona idónea para ser portavoz. Sin embargo, esta ‘castellera’ de la colla Joves Xiquets de Valls ha acabado en la candidatura que aspira a destronar al exlíder. Giros imprevistos de la política.
La segunda mujer es Teresa Jordà, que aspira a vicepresidenta de cohesión interna, tarea ardua en un partido fracturado. Hay pocos papeles que no haya desempeñado hasta ahora: exalcaldesa de Ripoll, exconsellera con Torra y Aragonès y actual diputada en Madrid. Los últimos meses en la capital no han sido fáciles. Ella está encuadrada en la facción ‘rovirista’ del partido y su compañero de fatigas allí, Gabriel Rufián, es ‘junquerista’. Otro peldaño por debajo estarán Sara Bailac (Coordinación), Marc Aloy (Mundo local), Josep Maria Jové (Estrategia Política) y Jordi Castellana (Comunicación).
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La candidatura liderada por Helena Solá y Alfred Bosch tendrá en el segundo nivel a tres nombres destacados. El primero es el del actual líder de ERC en Sabadell, Gabriel Fernández, que aspira a ser vicepresidente de Cohesión. Su historia no es la de un militante común, ni de ERC ni de cualquier otro partido. Nacido en Uruguay, llegó a Catalunya hace 21 años. La crisis del corralito le llevó a aceptar una oferta para trabajar como investigador en la Fundació Autònoma Solidària. Dirigió Ciutadans pel Canvi, una plataforma vinculada al PSC y, como otros socialistas de la época, transitó hacia el independentismo. Fue de los primeros líderes territoriales de ERC de pronunciarse en contra de investir a Salvador Illa.
Los otros dos segundas espadas tienen trayectorias algo más convencionales: son dos abogados forjados en el mundo local. La primera, Anna Piñol, es militante y concejal en Matadepera desde 2019. Se implicó en política por dos motivos: la independencia y las necesidades sociales que ve cada día en el turno de oficio. El segundo es Jordi Orobitg. Bregado en el Ayuntamiento de Lloret de Mar, estuvo en el Parlament en los días álgidos del ‘procés’ y no tuvo un papel menor: fue poniente de la ley del referéndum y la de transitoriedad jurídica.
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Esta es la candidatura más anónima de todas. No tienen exdiputados ni exconsellers ni exdirigentes. La lideran Xavier Martínez Gil y Àngel Ruiz que han sido, en los últimos cinco años, miembros de la corriente crítica del partido. La única que ha tenido ERC en la última década. Tras estos dos nombres, han presentado otras 16 personas sin una jerarquía muy definida entre ellas. El aspirante a la secretaria de Organización y Finanzas -dos ámbitos clave en cualquier partido- sería para el consultor social Joan Segarra. Este pedagogo empezó a militar en ERC del barrio barcelonés de Gràcia en 2003 seducido por el liderazgo de Josep-Lluís Carod-Rovira. Ha estado vinculado al tercer sector social, en el que llegó a presidir la Confederación Empresarial. Nunca ha tenido un cargo en la organización.
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Otro nombre a tener en cuenta es el del sindicalista de la CGT Moisès Rial. Se afilió a ERC en 1994 harto del «caciquismo convergente» en la comarca del Berguedà y logró que los republicanos plantasen cara a CiU desde varios ayuntamientos. Ahora considera que su partido se ha alejado de sus principios básicos. La gran reivindicación de Recuperem ERC es que todos provienen del mundo laboral. Destacan, también, la empresaria Teresa Forn y la enfermera Montse Robles.
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