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Sánchez ha pasado los últimos cinco días recluido, meditando sobre su futuro. Tanto los partidarios como los opositores esperan ahora una decisión que tenga el potencial de alterar radicalmente el panorama político de España y impactar significativamente la distribución de los principales puestos de trabajo de la UE tras las elecciones al Parlamento Europeo de junio.

¡Quédate, Pedro!

El anuncio de Sánchez el miércoles pasado estuvo motivado por la noticia de que un juez de Madrid había iniciado una investigación preliminar por corrupción y tráfico de influencias centrada en Begoña Gómez, la esposa del primer ministro. La investigación se inició en respuesta a una demanda presentada por Manos Limpias, un grupo vinculado a la extrema derecha que regularmente utiliza los tribunales para atacar a personas o grupos vinculados a causas progresistas.

El traje parece no tener fundamento: Los fiscales recomendaron la semana pasada que se desestimara la denuncia penal, e incluso Manos Limpias admite que su demanda puede estar basada en “noticias falsas”. Pero la decisión del poder judicial de iniciar la investigación preliminar contra Gómez a pesar de la endeble evidencia en su contra parece haber sido demasiado para Sánchez.

La salida de Sánchez probablemente también tendría un impacto en las reuniones clave del Consejo Europeo para elegir a los nuevos líderes de las instituciones de la UE. | Jorge Guerrero/AFP vía Getty Images

La reacción del presidente del Gobierno se puede entender dados los ataques personales que se han dirigido contra él y su familia desde que saltó al primer plano de la política española hace una década. Durante los últimos años, el Partido Popular de centroderecha ha llamado a Sánchez un usurpadora simpatizante terrorista y un traidor. La oposición conservadora también ha contribuido a difundir rumores maliciosos que su esposa es en realidad un hombre y que su familia son narcotraficantes que operan una red de clubes sexuales.

La intensidad de la presión a la que han sido sometidos Sánchez y su familia fue subrayada por los medios españoles el viernes, cuando múltiples publicaciones publicaron grabaciones de una reunión de 2014 entre el entonces secretario de Estado de Seguridad, el político de centroderecha Francisco Martínez, y José Manuel Villarejo. Este último, un inspector de policía caído en desgracia, es sospechoso de estar en el centro de una aparato poderoso eso funcionó para manchar la reputación de políticos, jueces superiores e incluso miembros de la monarquía.

En la grabación, los hombres discuten planes para “matar políticamente” a Sánchez persiguiendo a la familia de su esposa y sugiriendo que están involucrados en negocios ilícitos. Más adelante Villarejo analiza el uso de tácticas de guerra legal – el lanzamiento de casos judiciales infundados para acosar y desacreditar a opositores políticos – y menciona a Manos Limpias como un grupo con el que colabora.