visto como el comienzo del camino hacia la adicción al juego, que puede afectar a varias personas.
Las plataformas de apuestas online del Reino Unido son una fuente de controversia y el debate relacionado es aún más feroz. Las historias de personas que pierden su dinero o sus hogares debido al juego son alarmantes, ya que subrayan los riesgos sociales.
La perspectiva de los fanáticos
Los patrocinios de apuestas en el fútbol son a la vez una bendición y una maldición para los aficionados a este deporte. Por un lado, estos acuerdos mutuos han sido uno de los factores clave que han contribuido al éxito financiero de estos clubes, lo que les ha permitido ganar dinero, financiar nuevas instalaciones y, así, mejorar la experiencia de los aficionados.
Sin embargo, al mismo tiempo, la omnipresencia de los anuncios de juegos de apuestas a menudo se considera intrusiva para los seguidores que sólo quieren disfrutar del juego sin verse abrumados por las compañías de apuestas.
A través de diversas plataformas, los fanáticos se han dado cuenta de su disgusto por estos patrocinios. Esta visión está respaldada por iniciativas que abogan por patrocinios de juegos de azar reducidoscomo ‘Gamble Lives’. Los activistas plantean que así como fumar no es una buena combinación para una vida saludable, las apuestas son incompatibles con los estándares éticos de un juego socialmente responsable.
Un panorama cambiante
A medida que las transformaciones comenzaban a interconectarse lentamente, en febrero de 2019, el Ministerio de Deportes del Reino Unido decidió nuevas regulaciones que podrían reducir la contribución de los juegos al mercado de los deportes.
En respuesta a esta preocupación, algunos equipos ya han comenzado a rechazar a los operadores de juegos de azar como patrocinadores y, en cambio, han llegado a acuerdos con el sector tecnológico, organizaciones benéficas y otras organizaciones. Sin embargo, estas opciones suelen ir acompañadas de pequeñas ganancias financierasdejando a los clubes algo perplejos sobre cómo conciliar la ética con realidades económicas.