Hace aproximadamente una década, algunos compañeros de laboratorio y yo emprendimos la misión de explorar un local de karaoke local recién inaugurado. Pasaron las horas mientras cantábamos nuestros problemas, y sólo cuando nos dimos cuenta de la amenaza de perder el último autobús entregamos nuestros micrófonos. Mientras el autobús avanzaba lentamente, una de mis compañeras de laboratorio se preparaba para desembarcar un par de paradas antes de su casa. Al ver nuestras expresiones de perplejidad, explicó sucintamente: «Mis células me necesitan». Todos asentimos comprensivamente.
Estas palabras, o alguna versión de ellas, han sido pronunciadas por la mayoría de los científicos durante su estancia en el laboratorio. Ninguno de nosotros era ajeno a atender celdas los fines de semana o a quedarnos despiertos por las noches con la esperanza de recopilar datos dignos de publicación. Recuerdo haber pensado en ese momento cuán pesadas son las expectativas (impuestas por el sistema o por los propios científicos) en el mundo académico. En las plataformas de redes sociales, me encuentro regularmente con investigadores que expresan su preocupación por la extraordinaria cantidad de horas que se sienten obligados a invertir en el competitivo entorno académico, que a menudo obstaculiza su equilibrio entre el trabajo y la vida personal.
Sin embargo, hace un par de años encontré una nueva perspectiva sobre este tema. Cuando pregunté a un panel de científicas exitosas sobre su equilibrio entre el trabajo y la vida privada, opinaron que el término es engañoso. Alguien bromeó diciendo que está muy viva en el trabajo. Otro investigador estuvo de acuerdo; Cuando uno no deja de ser cónyuge o padre en el trabajo, ¿por qué debería dejar de trabajar fuera del laboratorio o de la oficina?, cuestionó. Si pasar horas trabajando realmente la entusiasma, ¿por qué eso implica que no está equilibrando su vida?
Me pareció interesante que algunos científicos exigen límites definidos, mientras que otros prefieren que no exista ninguna demarcación entre los dos conceptos. ¿De qué lado te encuentras en el debate sobre el equilibrio entre la vida personal y laboral versus la combinación?
Comparte tu opinion.