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Ramsés III fue uno de los grandes faraones guerreros de Egipto. Un templo que construyó en Medinet Habu, cerca del Valle de los Reyes, explica por qué. En sus paredes, las tallas cuentan la historia de una coalición de combatientes que arrasó el Mediterráneo oriental hace 3200 años, destruyendo ciudades, estados e incluso imperios enteros. “Ninguna tierra podría resistir sus armas”, nos dice este relato. Finalmente, los invasores, conocidos hoy como los Pueblos del Mar, atacaron Egipto. Pero Ramsés III tuvo éxito donde otros habían fracasado y los aplastó.

En los 200 años transcurridos desde jeroglíficos fueron descifrados por primera vez, permitiéndonos leer la extraordinaria historia de Ramsés III, han salido a la luz pruebas que lo corroboran. Ahora sabemos de numerosas ciudades y palacios en todo el Mediterráneo oriental que fueron destruidos en esa época, con los Pueblos del Mar a menudo implicados. La devastación fue tan generalizada que, por una de las únicas veces en la historia, varias sociedades complejas sufrieron un pronunciado declive del que nunca se recuperaron. No es de extrañar, entonces, que este llamado Colapso de finales de la Edad del Bronce ha fascinado a los estudiosos durante décadas. También lo es la identidad de los misteriosos merodeadores marinos.

Hoy en día, nueva evidencia genética y arqueológica nos brinda la imagen más firme hasta el momento sobre lo que realmente sucedió en este momento dramático y quién o qué fue el responsable. Esto demuestra que muchas de nuestras ideas sobre los Pueblos del Mar y el colapso necesitan repensarse por completo. También sugiere una idea sorprendente: el fin de la civilización podría no ser siempre tan desastroso como pensamos.

Antes de que llegaran los Pueblos del Mar, la vida…